En 1994, los funcionarios del gobierno mejicano hicieron correr la noticia de que el Sub Comandante Marcos, uno de los líderes del movimiento zapatista de Méjico, era gay.
Con este tipo de información, en un
país donde el machismo es aun fuerte y la homofobia está presente, se pretendía empañar la credibilidad del líder. Como respuesta a tal información,
Marcos escribió estas inteligentes líneas:
“Marcos es gay en San Francisco, negro
en Sudáfrica,
asiático en Europa, chicano
en San Ysidro,
anarquista
en España,
palestino en Israel, indígena
en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío
en Alemania
nazi, ombudsman
en la Sedena, feminista
en los partidos políticos, comunista en la posguerra
fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro de la CNTE, artista sin galería ni portafolios,
ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de
cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en
la CTM, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento
feminista, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el
Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin
plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo,
escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano”.
¡Qué bueno!
Ironize to get inspired.